martes, 15 de noviembre de 2011

La fíbula de Preneste y el sarcófago etrusco del British Museum: la verdad de la mentira y la mentira de la verdad

Esta semana se celebra el CONGRESO INTERNACIONAL "De FALSA et VERA HISTORIA.
Realidad y ficción en la investigación arqueológica, histórica y filológica" en el MUSEO de los ORÍGENES. Tengo una intervención el 18 de Noviembre de 2011, a la diez de la mañana, con el título "La fíbula de Preneste y el sarcófago etrusco del British Museum: la verdad de la mentira y la mentira de la verdad". Este es el resumen. Francisco García Jurado HLGE
Los documentos falsos, o supuestamente falsos, no siempre tienen porqué serlo del todo. Así, por ejemplo, y a pesar de que el Museo Británico se resistió a aceptarlo durante bastante tiempo, finalmente tuvo que reconocer que uno de sus sarcófagos etruscos más singulares, el de los esposos de Cerveteri (BM GR 1873. 8-20. 643 [Catalogue of Terracottas B630]), era falso (Andrén 1986, pp. 67-68; Jones 1990, pp. 30-31). Sin embargo, el sarcófago no era falso del todo, pues estaba compuesto en buena medida por piezas realmente antiguas y etruscas, aunque la suma resultante sí fuera una falsificación. No deja de ser curioso, por lo demás, que, en el caso del sarcófago etrusco, la inscripción que en él se encuentra sea “verdadera”, al haber sido tomada precisamente de una antigua fíbula que se conserva en París, como también son verdaderamente antiguos algunos elementos, aunque no el conjunto. Cabe establecer algunas interesantes analogías entre la fíbula de Preneste y el falso sarcófago de los esposos de Cerveteri. En primer lugar, la intermediación del otro gran anticuario romano, junto a Martinetti, A. Castellani, que en este caso no dona la pieza al British Museum, sino que la vende a buen precio. Si la fíbula de Preneste tiene como referente el Vaso de Duenos, el falso sarcófago mira al verdadero sarcófago de los esposos de Cerveteri (530-510 a.C.) que se conserva en el Museo del Louvre. También cabe señalar la ubicación en un museo y su posterior arrinconamiento en los almacenes. Este problema de mentiras a medias también ha estado presente en la discusión sobre la fíbula de Preneste, ante la posibilidad de que todo el documento fuera falso o de que sólo lo fuera la inscripción.
Desde el año 2008 venimos trabajando en el “Catálogo razonado de manuales de literatura griega y latina en España (1784-1935)”, que constituirá uno de los resultados del PROYECTO PADCAM S2007/HUM-0543. La elaboración de este catálogo dentro del marco general del presente proyecto contempla, a su vez, el estudio de las relaciones planteadas entre la historia de la literatura clásica y las fuentes epigráficas, desde el siglo XVIII, donde ambas materias se englobaban dentro de lo que conocemos como Historia lit(t)eraria, hasta la especialización de su estudio en diferentes disciplinas, entre otras, la historia de la lengua latina, independiente ya de la historia de la literatura romana, al calor del desarrollo de la gramática histórico-comparada. Precisamente, dentro de este amplio marco de estudio historiográfico, y en calidad de investigación asociada al catálogo, hemos revisado las cuestiones relativas a la fíbula desde dos puntos de vista:

a) Realizar una lectura historiográfica de los documentos que han divulgado, legitimado y cuestionado la fíbula de Preneste, tanto los antiguos de 1887 como los modernos de 2011.
b) Indagar en los primeros documentos que divulgaron el conocimiento de la fíbula en España.

La primera cuestión a) se incardina dentro de una interesante circunstancia que tiene lugar durante los decenios de los años setenta y ochenta del siglo XIX, especialmente en Alemania: el desarrollo de una nueva disciplina llamada “Historia de la lengua latina”, independiente ya de la “Historia de la literatura romana”. Se trata de un fenómeno bilateral por parte de ambas disciplinas que arranca con el manual de literatura romana de S. Teuffel (1862): éste crea una suerte de “prehistoria” de la literatura romana, desde los primeros documentos hasta Apio Claudio el Ciego, donde en la práctica margina tales reliquias a una suerte de limbo previo a lo que el autor considera que es la historia de la literatura romana propiamente dicha. El hecho está implicado con el paulatino desarrollo, especialmente a partir del decenio de los años 80 del siglo XIX, de la disciplina que conocemos como historia de la lengua. La presentación de la fíbula se aprovechó del nacimiento y desarrollo de este nuevo paradigma, sin en cual no se hubiera convertido en un objeto tan relevante. Si en 1887 era la lingüística histórica del latín el emergente paradigma científico, ahora, en 2011, será la llamada “química física de los materiales”. Siempre se busca, pues, la legitimación en un nuevo paradigma.
La segunda cuestión b) tiene un interés más parcial, pero da cuenta, ante todo, del proceso de asimilación de la fíbula de Preneste al paradigma de la historia de la lengua latina, que culmina probablemente en 1916 con el Recueil de textes latines archaïques de A. Ernout, libro que marca la divulgación escolar del documento. En España, como veremos, la fíbula aparece precisamente en un manual de historia de la lengua latina (traducido del alemán) publicado en 1922, lo cual quiere decir que entre la presentación pública del documento en 1887 y esta fecha han pasado nada menos que 35 años. FRANCISCO GARCÍA JURADO