viernes, 3 de septiembre de 2010

MATEO AYMERICH, O LAS RUINAS DE LA LITERATURA LATINA


El estudio de la historiografía de la literatura latina no deja de ser un reflejo de los grandes acontecimientos históricos europeos desde la segunda mitad del siglo XVIII. Esto quiere decir que las disciplinas académicas no son entidades aisladas y atemporales, sino, más bien, realidades que surgen (o desaparecen) como consecuencia de complejos fenómenos históricos. Puedo decir, como ejemplo, que el catálogo sistemático de manuales de literatura griega y latina que llevo elaborando desde hace tiempo comienza y termina con la obra de los autores exiliados: el jesuita Mateo Aymerich y el republicano Pedro Urbano González de la Calle. POR FRANCISCO GARCÍA JURADO. HLGE
El primero forma parte del grupo de jesuitas exiliados que ejerció una importantísima labor erudita y cultural en Italia desde 1767. El segundo es uno de los profesores de Madrid que tuvo que marchar a tierras americanas tras la guerra civil de 1936. Poco tienen en común uno y otro salvo, quizá, su amor incondicional por el saber. De Pedro Urbano he publicado recientemente un trabajo titulado “Cuando el tiempo se detiene” publicado recientemente en una revista de la Universidad de Bogotá (http://eprints.ucm.es/9554/). Del primer autor, que conocí por el tomo X de la Bibliografía Hispano-Latina de Menéndez Pelayo, he tenido la suerte de conocer al profesor Joseph Lluís Teodoro Peris, que ha dedicado buena parte de su carrera académica al estudio de su obra, en especial dentro del libro titulado “Vida i mort de la llengua llatina. Una polèmica lingüística al segle XVIII”, publicado por la Universidad de Valencia en 2004. A este libro he dedicado parte de mis lecturas veraniegas con gran aprovechamiento. Mateo Aymerich defendió, entre otras cosas, que la lengua latina no es una “lengua muerta”, al contrario de lo que ya algunos humanistas quisieron hacer ver. La historia de la lengua latina no se vio interrumpida por la Edad Media, y los autores cristianos revitalizaron esta lengua con nuevas voces, frente a las interpretaciones que apuntan a la decadencia (y que tanto recuerdan a Gibbon y Montesquieu). Las propuestas de Aymerich son muy poco “clásicas”, y conectan con la sensibilidad de lo que luego serán algunas de las ideas motrices sobre el latín cristiano y medieval durante el siglo XIX. Remy de Gourmont defendió casi cien años después de Aymerich la existencia de un “latín místico” que nace con los cristianos y desemboca en el latín de la Iglesia. Asimismo, como apunta muy bien el profesor Teodoro Peris, Aymerich concibió ya como un prerromántico una obra de compilación de la literatura latina perdida, pues establece una comparación esencial con las propias ruinas de los monumentos antiguos. El libro que más me interesa de Aymerich es el publicado en Ferrara en 1784 con el título latino de “Specimen veteris Romanae litteraturae deperditae, vel adhuc latentis” (reproduzco la portada en la ilustración que abre este blog). Se trata de un libro rarísimo y exquisito, estructurado de manera alfabética y enriquecido con algunas disertaciones realmente memorables, como aquella en la que defiende al poeta Lucano con argumentos muy cercanos a los del Padre Feijóo. Me encanta, asimismo, ese final del título, referido a las obras que “hasta ahora” permanecen ocultas, pues Aymerich hubiera sentido verdadero gozo al comprobar cómo un cardenal milanés, Angelo Mai, descubría en el segundo decenio del siglo XIX el texto del “De Republica” de Cicerón, precisamente debajo de un texto cristiano. Leopardi, el gran poeta romántico, escribió un emotivo poema ante esta resurrección. Aymerich debe entrar, por su importancia específica, en la moderna historiografía de la literatura latina, y ser reconocido también a nivel internacional por los grandes especialistas en la materia, como el profesor turinés Gian Franco Gianotti. De momento, celebro, sobre todo, que gracias a Aymerich he conocido a Joseph Lluís Teodoro Peris. Francisco García Jurado. HLGE

martes, 31 de agosto de 2010

NUEVO CURSO, NUEVO PROYECTO: HLGE0

Para este nuevo curso que está a punto de comenzar nuestro grupo de investigación emprende un nuevo proyecto: HISTORIOGRAFÍA DE LA LITERATURA GRECOLATINA EN ESPAÑA: DE LA ILUSTRACIÓN AL LIBERALISMO (1778-1850). (HLGE0)
ENSEÑANZA, TRADUCCIÓN, FILOLOGÍA, ESPACIO LITERARIO Y SOCIAL. Durante el trienio 2011-2013 vamos a dar cuenta del interesante cambio de mentalidades que se produce en la transición de un siglo a otro, desde el punto de vista de nuestra historia particular, la de los estudios clásicos. Este es el resumen del proyecto. POR FRANCISCO GARCÍA JURADO HLGE

El presente proyecto pretende mostrar y estudiar razonadamente la configuración de una incipiente historiografía literaria grecolatina en España dentro del tránsito que va desde finales del siglo XVIII a la primera mitad del siglo XIX. En particular, partimos de 1778, año de la publicación de la Vida de Virgilio, compuesta por Gregorio Mayáns con el fin de educar a los jóvenes en el buen gusto literario, y llegamos hasta 1850, fecha de la segunda edición de la Sinopsis lectionum escrita por Alfredo Adolfo Camús con el propósito de articular la nueva enseñanza histórica de la Literatura latina en las universidades isabelinas. En este contexto, el panorama de las humanidades clásicas en general y de la historiografía literaria en particular es, sin duda, representativo de un momento de transición, marcado por profundos cambios ideológicos e históricos. Como Grupo de investigación H.L.G.E., y en la línea de nuestros estudios historiográficos precedentes, queremos trazar la relación entre los estudios clásicos y la propia historia cultural, definida por el paso de la llamada “Historia crítica”, la historia literaria propia de la Ilustración, a la “Historia filosófica”, o la historia de las literaturas nacionales, producto del nuevo pensamiento romántico, especialmente a partir de 1815.

Nuestros objetivos concretos pueden resumirse en los siguientes cinco apartados:

(1) Estudio sistemático de los manuales de literatura griega y latina comprendidos en el período objeto de estudio, sin perder de vista otros instrumentos educativos afines, como las antologías de textos, los tratados de retórica y poética, así como las gramáticas de la lenguas griega y latina. Con ello, queremos estudiar la relación habida entre la historiografía literaria clásica, como disciplina emergente, y la realidad educativa de la época. Asimismo estudiaremos cómo se evoluciona desde un modelo de “Historia crítica” a otro de “Historia filosófica”, y en qué medida tales modelos afectan a la propia percepción de los clásicos grecolatinos, alterando incluso sus cánones.
(2) Estudio pormenorizado de las colecciones literarias más importantes de la época donde aparecen traducciones de autores clásicos (por ejemplo, las ediciones de Antonio de Sancha o Benito Monfort), y elaborar una compilación de traducciones relativas a aspectos concretos y representativos de la literatura grecolatina, con especial atención a los autores clásicos que más interés suscitan, como Virgilio, Horacio, Plutarco, Vitruvio o Columela. También se estudiará de manera específica el fenómeno de la recuperación de antiguas traducciones castellanas de los siglos XVI y XVII (“ediciones retrospectivas”). Con ello, queremos estudiar la relación que la historiografía literaria clásica tuvo con el mundo editorial del momento.
(3) Elaboración de un catálogo razonado de los estudios filológicos y disertaciones eruditas elaboradas durante este período, así como un estudio de las colecciones de carácter científico que contienen estudios sobre la literatura grecolatina. Con ello, queremos estudiar la relación que la historiografía literaria clásica tuvo con el contexto académico español y los influjos que recibió de Italia, Alemania, Francia e Inglaterra.
(4) Establecimiento de una amplia antología de textos literarios de la época, tomados de la literatura española, donde pueda rastrearse la conciencia que se tiene de la propia historiografía literaria clásica en la creación literaria que va de la época de Carlos III a la de Isabel II. Aquí se analizan cuatro parámetros esenciales: (a) la literatura de viajes, (b) la estética de lo sublime, (c) los modernos intermediarios europeos de los clásicos y (e) la literatura de carácter histórico. Con ello, queremos estudiar la relación que la historiografía literaria clásica tuvo con los autores literarios que recibieron formación en lengua griega o latina.
(5) Estudio razonado de los aspectos sociales y políticos que entran en relación con la historiografía de la literatura grecolatina propiamente dicha, como es el caso de la polémica patriótica y estética en torno a Virgilio y el “español” Lucano, o la redefinición de la lengua latina como “lengua sabia” dentro de los nuevos parámetros históricos de las clases cultas. Se pretende, asimismo, considerar el diferente valor político de la enseñanza del latín y de su literatura en el contexto de la última Ilustración, la enseñanza durante el absolutismo fernandino y la subsiguiente enseñanza de inspiración política liberal, que legitima el estudio de la literatura grecolatina como materia predominantemente histórica. En relación con este aspecto valoraremos también los efectos que las invasiones napoleónicas tuvieron en la enseñanza de las literaturas clásicas como literaturas nacionales a partir de 1815.
La consideración conjunta de los diferentes aspectos contemplados en los cinco apartados se articula entorno a una hipótesis de trabajo y metodología común: la relación de las humanidades clásicas y su enseñanza con los procesos generales de la Historia de España.


Será un gran aventura intelectual para compartir con un gran equipo. FRANCISCO GARCÍA JURADO. HLGE